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martes, 24 de noviembre de 2009

ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE TRANSMISIÓN HÍDRICA – Hepatitis A

En el pasado, Latinoamérica fue considerada un área de alta endemicidad para la
infección por HAV, con la mayoría de la gente infectada en la niñez temprana.

Un estudio seroepidemiológico fue recientemente realizado en 6 países para
determinar si éste patrón cambió. El estudio mostró que el 54-55% de los niños de
Argentina estaban infectados, y que hacia los 31-40 años el 80% de la población había
ya estado expuesta al HAV, siendo la seroprevalencia mayor en mujeres.

Es también mayor en grupos de bajo nivel socioeconómico que en los grupos de niveles medio o
alto.

Los resultados muestran que hubo un cambio en la endemicidad de la infección por HAV, que puede evidenciarse con más casos clínicos en adolescentes y adultos, y un mayor potencial de brotes iv.

La severidad y pronóstico de las infecciones con el virus de la hepatitis a (HAV) se relaciona con la edad a la que ocurre la infección.

Dado que la transmisión del virus ocurre por la ruta fecal-oral, la prevalencia y la incidencia por edades está determinada por la adecuación de las medidas higiénico sanitarias y el nivel socioeconómico de las poblaciones expuestas.

Así, la enfermedad está teniendo un impacto creciente en países en desarrollo con estándares sanitarios por mejorar, mientras que los habitantes de países industrializados están particularmente a riesgo cuando visitan países en desarrollo.

Fluctuación de las notificaciones de Hepatitis “A” y “sin especificar” en los últimos
años.

1999 - 32.013
2000 - 40.392
2001 - 31.636
2002 - 25.558
2003 - 50.339

La tabla muestra la evolución de casos de hepatitis A “sin especificar” en los
últimos años. Aproximadamente ¼ correspondieron a hepatitis Sin Especificar, lo que
muestra las carencias de ciertas provincias para arribar al diagnóstico etiológico.v

Conocida también como Hepatitis o Ictericia epidémica (Hipócrates), o Ictericia catarral. Ya se describía la enfermedad en el siglo XVII, generalmente asociada a campañas militares. En los años '40 fue diferenciada de la B, a través de las pruebas serológicas para esta última; y en los '70 se aisló el virus, además de desarrollarse otras técnicas de diferenciación de otras Hepatitis no B. En la actualidad se diferencian cinco: las A-B-C-D-E, de las que las B-C-D pueden hacerse crónicas.

La Hepatitis A (HA) es una enfermedad distribuida en todo el mundo, de aparición periódica y epidémica. En los países en desarrollo, los adultos suelen ser inmunes y la transmisión se hace a partir de los niños. La cantidad de casos tiene una relación directa con el estado socio-económico, el nivel educativo y el medio ambiente.

Paradójicamente, en los países en dónde se han llevado a cabo mejoras sanitarias, aumentan los adultos jóvenes susceptibles y por lo tanto se presentan brotes cada vez con más frecuencia.
Afecta anualmente alrededor de 10 millones de personas en el mundo. En los EE.UU., los máximos picos de incidencia se dieron en 1961 y 1971, para casi desaparecer en la década del '80.

Sin embargo la tasa de incidencia de HA, ha ido en aumento, unos 200.000 casos anuales. En ese país, constituyen el 25% de los casos de hepatitis y se producen unas 100 muertes anuales.

Agente Etiológico

Es un picornavirus. Fue aislado en 1979 y se le conoce un solo serotipo. No tiene cápsula pero si posee envoltura o cápside. El reservorio es el hombre, aunque puede ocasionalmente ser transmitida por otros primates en condiciones experimentales.

Es muy resistente al pH ácido (resiste en el estómago hasta 4 horas); a las bajas y altas temperaturas; al cloro; a los detergentes; a los agentes antivirales. Se inactiva con formol, altas concentraciones de cloro y alta temperatura.

En las aguas contaminadas sobrevive más tiempo que el virus polio. Los mariscos filtran este agua (en especial las ostras y almejas) y conservan el virus durante largos períodos. Por ello deben ser cocinados adecuadamente. Se mantiene también en cremas, galletitas y alimentos rellenos.

Existen coincidencias en la forma de transmisión entre la hepatitis A y E. Esta última tiene un 20% de mortalidad en embarazadas. No da cronicidad ni tiene alta tasa de ataque entre los miembros de la misma familia.

Los niños de madres inmunes al virus de HA (VHA), mantienen su inmunidad hasta 8 meses después del nacimiento.

Epidemiología

Es endémica. Existen áreas de alta endemicidad: en el centro y sur de América, Medio Oriente, Asia y zonas del Pacífico occidental. En estas zonas, el 80% de los niños menores de 10 años, han padecido la enfermedad. Por un déficit de denuncia, la cantidad de casos reales es cinco veces superior a los declarados.

Cuanto más baja es la propagación del virus, mas alta la probabilidad de contraerla a edad avanzada. En la Argentina (de endemicidad moderada, aunque con distinta incidencia según las zonas geográficas) son afectados niños, adolescentes y adultos jóvenes. No es una enfermedad mortal, pero hay una incidencia de casos fulminantes que oscila en en un 0,1-1% (hasta un 3% en mayores de 50 años), con alta mortalidad o necesidad de transplante hepático.

Deben extremarse las medidas de detección - especialmente de las formas subclínicas - y la cantidad real de casos, mediante sistemas de vigilancia; y debe hacerse difusión de las formas de prevención.

El VHA presenta patrones de aparición cíclica, que oscilan con incidencias altas o bajas. Éstas están condicionadas por la acumulación de susceptibles y las condiciones socioeconómicas y medioambientales. Por ejemplo:

1) En las regiones de baja endemicidad, los picos se observan en determinados meses del año, por importación de virus de otras latitudes (vacaciones, período navideño, etc.).

2) En las de alta endemicidad, los patrones estacionales pueden reflejar las condiciones de diseminación (estación de lluvias, mala red cloacal, etc.).

3) En las de muy baja endemicidad, la lenta propagación del virus da como resultado una también baja inmunidad de la población. Por lo tanto la infección puede darse en cualquier momento y edad, y depende de la exposición (viajes a regiones endémicas, contacto con infectados o inmigrantes).

De ésto se desprende que en los lugares de baja endemicidad, la inmunidad de la población va disminuyendo, desplazando la infección a edades más avanzadas y con mayores riesgos por su mayor capacidad de desplazamiento y/o complicaciones físicas y sociales. En este caso la inmunización corrige tales efectos.

En los de alta endemicidad, las soluciones son: agua potable, tratamiento de excretas, educación sanitaria y mejora de la situación socioeconómica. Aquí, la vacunación masiva seria posible y beneficiosa, de contarse con vacunas de bajo costo.



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