Brasil y Argentina firmaron acuerdos energéticos y nucleares para capear una demanda en crecimiento

Días atrás, el gigante regional sufrió en la zona centro-sudeste un fuerte apagón que tiene en alerta a los medios a través del seguimiento de las temperaturas y el consumo. “El apagón fue por un problema en la operación, no por falta de energía”, señaló el presidente de la CNEN, Odar Gonçalves. “Hubo una falla en el sistema. No fue falta de energía disponible, porque Brasil tiene un suplemento de energía para los próximos diez años”, indicó el funcionario.

Sin embargo, reconoció que la sequía afectó a las hidroeléctricas, que hacen frente al 90% del abastecimiento energético del socio mayor del Mercosur. Para diversificar la matriz, entre los proyectos binacionales existe el plan de construir dos reactores nucleares de potencia, uno en cada país, compartiendo el gasto de la parte de ingeniería y los conocimientos de los desarrollos tecnológicos. Esos reactores demandarían no menos de cuatro años de construcción.A esto se suma el intercambio de notas para la firma de un convenio entre EBISA (Entidades Binacionales) y Electrobras relativo al estudio de un segundo aprovechamiento energético identificado como Roncador, que se ubicaría unos 100 km aguas arriba de la localidad brasileña de Garruchos. “Se analiza hacer una segunda represa más arriba, en línea con la nueva tendencia de construir varios diques y minimizar así el impacto ambiental”, señaló uno de los integrantes de la comitiva argentina.

RADIOISÓTOPOS.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil firmaron la carta de intención para un contrato de provisión de molibdeno 99. “El contrato está listo”, aseguró el presidente de la CNEN, que acompañaba a la presidenta del organismo atómico argentino, Norma Boero, en el hall central del Palacio de Itamaraty.Ese acuerdo permitirá proveer de radioisótopos de molibdeno 99, utilizado para el diagnóstico y tratamiento de tumores y en otras aplicaciones de la medicina nuclear. “De todas formas, hace cinco meses que ya estamos exportando molibdeno 99 a Brasil”, indicó la titular de la CNEA. Hasta el momento se vendieron 150 curies, para lo que se duplicó la producción argentina para abastecer al mercado brasileño. “Hay una gran falta a nivel mundial. Se está cubriendo menos del 20% de la demanda”, señaló la titular de la CNEA al aclarar que si bien el objetivo de la Argentina es la exportación de plantas, consideró que de todas formas se puede proveer ese material estratégico cuando es posible. A través de ese entendimiento se prevé volver a duplicar la producción en febrero y llevarla hasta una magnitud de 600 curies mensuales. Los montos exportados hasta ahora representan ventas por u$s1.600.000 al año.En ese marco, un diario brasileño publicó que la Argentina y Brasil habían cerrado un acuerdo para un proyecto trinacional que implicaría además a Perú en la producción de radioisótopos. “La idea es radicar una planta en Perú pero hasta ahora es una idea, se está negociando”, indicó Boero.Cabe recordar que en 1988 la CNEA inauguró el Centro de Investigaciones Nucleares de Perú donde se instaló un reactor de investigación (RP-10) construido por el organismo atómico argentino en la Pampa de Huarangal, zona ubicada a unos 100 km de la ciudad de Lima.LA COMISIÓN BINACIONAL EN ENERGÍA NUCLEAR COMENZÓ A DAR SUS FRUTOSEn el contexto del encuentro bilateral celebrado entre la presidenta Cristina Fernández, con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se firmaron los contratos para que la Argentina, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), provea a Brasil el suministro del radioisótopo molibdeno 99 (Mo99), utilizado para el diagnóstico y tratamiento contra el cáncer.Norma Boero, en su carácter de presidenta de la CNEA, ultimó ayer en Brasilia los detalles del contrato que estipula que el organismo atómico argentino suministre un volumen de 150 Ci (curies) semanales de Mo99, con el cual el hermano país podrá cubrir más de un tercio de las necesidades que experimenta su sistema sanitario. Con ese fin, ayer se suscribieron las cartas de intención entre ambos países que darán paso a las exportaciones de ese insumo crítico para la medicina humana.

La titular de la CNEA presentó, en la reunión de los presidentes de la Argentina y Brasil, un resumen de los resultados de la cooperación bilateral realizados a través de la tarea que cumple la Comisión Binacional de Energía Nuclear (COBEN) en la que los organismos nucleares de ambos Estados vienen trabajando mancomunadamente desde su creación, concretada el 22 de febrero de 2008, por expresa iniciativa de ambos jefes de Estado. Desde entonces en la COBEN ya se han celebrado ocho reuniones operativas en las que, entre otras cosas, se aprobaron cerca de treinta proyectos de cooperación conjunta que abarcan las áreas de reactores nucleares, el ciclo de combustible, las regulaciones de las actividades nucleares, la formación de recursos humanos y, especialmente, las aplicaciones nucleares orientadas en beneficio de la salud.

A pesar de que ambos Estados adoptaron diferentes tecnologías en el rubro de los reactores de potencia, la Argentina basándose en el uso del uranio natural, y el Brasil, enriquecido, en algún momento existe la intención de revisar la estrategia aplicada en el país desde la década del ’60, que tuvo su primer fruto en Atucha I.La adopción del diseño de centrales nucleares de potencia basadas en el uso de uranio natural permitió en su momento a la Argentina mantener una completa autonomía respecto de la tecnología del uranio enriquecido que era dominado por el club de las potencias centrales.Esa divergencia de caminos tecnológicos acentuó en su momento los recelos que despertaban en Brasil los desarrollos que venía concretando la Argentina.

Inclusive cuando irrumpió a comienzos de la década del ’80 el dominio de la técnica de enriquecimiento de uranio por el “camino de la membrana gaseosa” obtenido en Pilcaniyeu el diseño del reactor Carem estuvo, en una etapa inicial, específicamente orientado a servir de planta impulsora de un submarino nuclear. Luego, con la consolidación de la democracia, todos esos nubarrones existentes en los ámbitos nucleares argentino y brasileño se fueron disipando dando paso a una senda de mutua colaboración.

Por Patricia Valli Enviada especial a Brasilia