Las discusiones suscitadas respecto al Banco Central, tuvieron su punto culminante cuando el diputado Gerardo Morales debió fundamentar su postura crítica, pero “se fue al mazo” apresuradamente, frente a la solidez conceptual y solvencia técnica de Marcó Del Pont.
Las largas parrafadas vertidas respecto a esos dos temas, aparentemente tan dispares, permiten establecer comparaciones que resultan sumamente ilustrativas para poner en contexto algunas recurrentes opiniones vertidas respecto a la Hidroeléctrica Garabí, y por extensión lógica, a las Hidroeléctricas de Panambí y Corpus.
Tal como pasó con otros temas que en su momento fueron instalados en la opinión pública como demonizados “tabúes del mal”, contra los cuales “los bienpensantes” pretendieron levantar en contra al común de la gente, hoy casi nadie –en los medios de comunicación y en “opinantes expertos” proclives a los dictados del “libre mercado”-, parece acordarse.
Así pasó cuando se terminó con el muy corrompido (o al menos muy discutible y poco transparente) sistema de las AFJP, dándose a ANSES la preponderancia que nunca debió serle cercenada. Y ninguno de los “opinantes bienpensantes”, que se rasgaban las vestiduras supuestamente por “los derechos de los aportantes”; pareció conmoverse por la desfinanciación que ya era crónica en las estructuras de las AFJP, y por las leoninas comisiones que cobraban a mansalva, a sus cautivos aportantes (obra del accionar del menemato, Cavallo y demás).
Así pasó cuando se terminó con el monopolio de las transmisiones de fútbol –pasión popular si las hay-, que desató las iras de los que –supuestamente- defendían “la propiedad privada”, obviando esos críticos considerar el monopolio abusivo y a largo plazo, de un grupo empresario, que montado en esa situación montó tarifaciones extras y otras maniobras, que las pagaba Juan Pueblo sin posibilidad de otras alternativas. La “propiedad privada” de los usuarios cautivos, nunca les preocupó a esos “críticos puristas”, defensores del “libre mercado” (o sea del neoliberalismo salvaje).
Pero sin duda el caso paradigmático fue el del uso de parte de las reservas del Banco Central, para pagar los vencimientos de la deuda externa.
Todo el circo mediático se centró en la supuesta “defensa de la independencia” del Banco Central, figura amañada que en realidad ocultaba –tal como se la concibió en 1935 de acuerdo a los dictados del Banco Central de Inglaterra- la dependencia directa del BCRA respecto a la Banca Extranjera, vinculada la misma a su vez con la deuda externa.
Y la también supuesta “intangibilidad de las reservas” (¿acaso no están para ser usadas a criterio del Estado Nacional, o es acaso admitible una suerte de “supra poder omnímodo financiero” dentro de las estructuras gubernativas?), en realidad escondían la pretensión de forzar a tomar nuevos créditos –con sus intereses y jugosas comisiones para los intermediarios-, créditos que hubieses sido necesarios pagar los vencimientos de deuda externa; los que se pagaron con fondos propios de Argentina –parte de las reservas del BCRA-, y hoy pocos meses después, las reservas se han reconstituido plenamente dado el fuerte superávit comercial que era previsible. Lo referente a la deuda externa contraída corruptamente y su posible segregación de la deuda legítima, ya es otro tema.
Por supuesto, lo precedentemente expresado no significa que no existan errores de gestión (como “comprar” la pelea con el Uruguay – recién solucionada-), o grandes temas faltantes, como nacionalizar el petróleo y el gas natural, con sus enormes rentas que deberían volcarse al mercado interno y a financiar genuinamente las grandes obras públicas proyectadas y en ejecución.
Esa discusión entre los “puristas de las formas” (los neoliberales y sus asociados políticos) y los neokeynesianos de políticas activas de intervención estatal en la economía, en realidad se resume en el rol del Sector Financiero. La disputa básica es seguir privilegiando a las finanzas (o sea a la especulación) sobre la economía productiva –postura neoliberal del “noventismo”; o subordinar las finanzas como herramienta al servicio de la Economía Nacional, tal como lo han hecho todos los países que desarrollaron sus propias versiones del “Capitalismo de Estado” o de fuertes dosis intervencionistas contracíclicas y pro activas, como fue el New Deal de EEUU, entre muchos otros ejemplos citables.
Haciendo el paralelismo entre las discusiones recientes por el Banco Central, y las recurrentes agrias disputas que generan las campañas anti hidroeléctricas a ultranza; las oposiciones sistemáticas y frontales a Garabí, Panambí, Corpus y a la hidroelectricidad en general, que a falta de otros argumentos terminan ensalzando el ejercicio de corruptela política que fue el plebiscito de 1996; demuestran ser tan estentóreas y huecas como las críticas del diputado Gerardo Morales, que se “desinflaron” irremediablemente ante la contundencia y solidez de Mercedes Marcó Del Pont; vinculando esa solidez académica de la actual Presidente del BCRA con las posturas de quienes propugnamos la necesidad del desarrollo socio económico y de los fuertes ahorros de combustibles fósiles, utilizando a las hidroeléctricas como condiciones necesarias –pero obviamente no suficientes- para dicho desarrollo.
Así como las críticas de Morales y sus acólitos amparaban los intereses de la Banca Extranjera que montó la descomunal deuda externa; las críticas de los sectores ultra ecologistas y de sus aliados y adláteres de la política, en verdad terminan defendiendo y/o siendo muy funcionales a los intereses de las petroleras y gasíferas transnacionales y sectores asociados a la generación termoeléctrica (la misma que consume petróleo y gas natural, que hoy tanto nos escasea).
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé
Cuadros al óleo
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"El Puchero" Óleo sobre lienzo, 1,00 x 1,20 m.
"FARP" Óleo sobre lienzo, 1,00 x 1,20 m.
"Pesanke" Óleo sobre lienzo, 1,00 x 1,20 m.
Hace 9 años
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